El apego materno genera adultos resistentes al estrés y con menor índice de depresión


Apego: Cada vez son más las investigaciones que a lo largo del tiempo van generando datos acerca del vínculo mamá-bebé. Cada día tenemos más material sobre la importancia del apego inmediato en la vida de la dupla mamábebé y en los años que le siguen.

Vemos con mucho placer que los científicos comienzan a reconocer la trascendencia de los primeros momentos de unión, y hablan de lo fundamental de dejar a la mamá y al bebé interactuar tranquilos, relajados, sin presiones ni apuros. Tal cual como la naturaleza lo previó. Gracias a esta vuelta de tuercas que hoy estamos viviendo, la ciencia está pegando una mirada a aquello que es natural, que no es invadido, perturbado, en los procesos normales de parto, nacimiento y crianza. Se está documentando que la intervención injustificada en el embarazo, trabajo de parto, parto y postparto, genera perturbaciones que van desde el correcto inicio de la lactancia materna, hasta consecuencias psicológicas para la madre y el bebé.


Este artículo que hoy les traemos salió en La Tercera, publicación chilena, en el suplemento Tendencias.
Luego de varios años de investigación, se concluye que cuanto más apego, cuanta más interacción mamábebé, cuanto mayor entendimiento de la madre hacia su bebé, encontramos a esos mismos bebés de adultos como personas con menos estrés, menos niveles de depresión. Se infiere una mejor calidad de vida, mayor seguridad en sí mismo y en los vínculos que genere a su alrededor... Si evaluamos unos minutos esta nota, vale la pena pensar que el vínculo de la mamá con el bebé y la salud mental de ambos, mejor cuidarla que perturbarla!

Estudio confirma que apego materno genera adultos más resistentes al estrés

Investigadores de la U. de Duke analizaron a 482 adultos cuyas madres habían sido evaluadas cuando ellos tenían ocho meses de edad. Los expertos hallaron que aquellos que recibieron mayor afecto cuando bebés, hoy tenían menos estrés y depresión.

por Francisco Rodríguez I. - 27/07/2010 - 08:39



El apego es definido como un vínculo afectivo entre dos personas que les proporciona a ambos seguridad, protección y confianza emocional. ¿El apego más común? El de una madre y su hijo, que aunque puede decaer en el tiempo, tiene efectos positivos en las personas que pueden ser más duraderos y fuertes de lo que se piensa. Así lo comprobó una investigación de la U. de Duke, en EE.UU., que evaluó a 482 personas, cuyas madres habían sido analizadas cuando ellos tenían apenas ocho meses de vida. Es decir, 34 años atrás.
¿Los resultados? Los adultos cuyas madres habían reportado un mayor apego con ellos en su temprana infancia sufrían menos estrés, ansiedad, hostilidad y depresión. "Existe un creciente consenso de que los niveles de calidez y el afecto, especialmente entre madre e hijo, parecen moderar la respuesta al estrés, haciendo a los niños más resistentes a la frustración, angustia y otras dificultades", concluyen los investigadores de Duke, liderados por Joanna Maselko, cuyo trabajo aparece publicado en el Journal of Epidemiology and Community Health.
Las diferencias entre los adultos que habían recibido mucho afecto en su niñez con aquellos que habían recibido poco era casi de siete puntos en la tabla de evaluación, que, según Mónica Kimelman docente de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, es "considerable" para ese tipo de test sicológicos.
¿Qué se entiende como un alto nivel de apego? Para Kimelman es cuando la madre tiene la capacidad de detectar y contener los problemas de los niños de forma rápida y eficaz. "Con el tiempo, las mamás se dan cuenta que el llanto de comida es diferente que al del frío y saben solucionarlo lo mejor posible. Por lo que hay que aprender y estar disponible sicológicamente para ello", dice. Pues no todas lo están. De hecho, las madres con depresión posparto tienen niños más retraídos, muchas veces por falta de apego.
Lister Rosell, psiquiatra de Clínica Las Condes, dice que cuando hay un buen apego los niños captan y aprenden generando confianza y un vínculo más fuerte y que la lactancia es un primer paso. "La lactancia durante seis meses es más que nutrición. Es protección. Para los niños, conectarse al pecho es un alivio al malestar de los miedos y un puente afectivo hacia la madre".

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