La oscuridad es una aliada del parto: sobre la
relación entre melatonina y oxitocina
El parto de las
mamíferas se produce gracias a un complejo y sofisticado coctel de hormonas,
una de las cuales es la oxitocina.
Como bien explica Michel Odent, la oxitocina es
una hormona “tímida”, que resulta afectada por la secreción de hormonas del
estrés, y también por todas aquellas las circunstancias ambientales que impidan
a la mujer de parto hacer el cambio de consciencia necesario para poder parir con fluidez.
Por ejemplo:
· sentirse
observada o intimidada
· el
frío
· la
incomodidad física (inevitable en la inmovilización)
· compañía
inadecuada
· la
luz
Con respecto a la luz, es interesante constatar
que en las especies mamíferas diurnas el trabajo de parto suele
producirse más frecuentemente por la noche y el parto en la madrugada y primeras
horas del día. Este patrón natural ha sido modificado en los últimos
decenios con la
manipulación de los partos para que encajen en un horario conveniente entre
lunes y viernes, Esa manipulación se ha realizado principalmente a través de
inducciones y cesáreas sin causa médica. Sin embargo, la
oscuridad o la penumbra parece haber sido siempre una compañera habitual en una
gran mayoría de partos, tanto en la especie humana como en otras
especies mamíferas diurnas.
Dado que el parto está dirigido por hormonas,
cabe preguntarse si el escenario hormonal nocturno tiene alguna
influencia, y parece que la respuesta es sí. Una de las
hormonas que se producen durante la noche es la melatonina. Esta hormona
regula -entre otras cosas- la fase nocturna del ritmo circadiano, y el sueño.
Y un dato fundamental: la melatonina necesita oscuridad
para poder ser secretada.
Dado
que las mamíferas prefieren la oscuridad para parir
¿existe una relación entre la melatonina y la oxitocina (hormona del parto)?
¿existe una relación entre la melatonina y la oxitocina (hormona del parto)?
Algunos investigadores han estudiado la relación
entre la melatonina y la oxitocina, y han encontrado una relación directa.
“La propensión del parto a ocurrir
durante la noche puede deberse a la sinergia entre el incremento nocturno de la
secreción de melatonina y la oxitocina.”
Este otro estudio dice:
“La melatonina
potencia la acción de la oxitocina para promover las contracciones de las
células miometriales in vitro. In vivo, dicha sinergia promovería las
contracciones coordinadas y enérgicas del útero necesarias para el parto.”
Este resultado podría explicar en parte por
qué la naturaleza prefiere la noche para que tengan lugar los partos y
por qué parir bajo los focos en los paritarios convencionales, o en un
horario diurno artificialmente manipulado, puede ser una causa añadida de
dificultad para las mujeres, dando lugar a partos más largos y dolorosos.
Michel
Odent,
por su parte, aborda la cuestión de la influencia de la luz en otros términos,
que convergen en el mismo resultado:
“Cuando queremos dormir, apagamos
la luz y corremos las cortinas, para así reducir la actividad de nuestro
neocórtex, lo que implica que, desde una perspectiva fisiológica, una luz
atenuada en general facilita el nacimiento. Llevará tiempo convencer a los
profesionales de la salud de la importancia de este asunto.”
En realidad, la mejora de la atención al parto no
siempre pasa por incorporar la ultima vuelta de tuerca de la tecnología a
partos que no lo necesitan. Como dice la OMS en su guía
de 2001, la
atención al parto debe estar basada en el uso detecnología apropiada,
es decir, “utilizar la mínima tecnología posible … evitar la tecnología
sofisticada o compleja cuando procedimientos más simples pueden ser suficientes
o aún ser superiores.” En este caso, el “procedimiento más sencillo”
podría ser algo tan sencillo como que haya un interruptor para la mujer
pueda graduar la luz según sus preferencias en cada momento, y que el
espacio sea tan suyo como para poder bajar las persianas si lo necesita.
Eso y dejar que las mujeres se pongan de parto de forma espontánea siempre que
sea posible, y crear entornos para parir lo más confortables, íntimos y
propicios posibles.
Habría que preguntarse, también, el
impacto sobre el bebé llegar al mundo desde un lugar cálido y en penumbra como
el útero a un lugar tan fuertemente iluminado como un paritorio convencional.
Isabel Fernández del Castillo
Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal
Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal
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